Los espacios ventilados mejoran la salud de los ocupantes. El acto de abrir la ventana, o de impulsar aire renovado a una habitación, puede evitar ambientes viciados, humedades de condensación, olores… en definitiva, espacios poco confortables.

 

Certificaciones y normativas para edificios saludables

La certificación LEED valora también estos aspectos, a través del cumplimiento de la norma ASHRAE 62.1. Y es que esta certificación obliga a la revisión y cumplimiento de ciertos parámetros de la norma, en este caso los relacionados con la calidad del aire interior, entre los que se incluye las tasas de aporte de aire exterior.

En la mencionada normativa americana se aboga por asegurar la ventilación para conseguir espacios con una calidad de aire aceptable, mediante el diseño de las instalaciones del sistema de aporte de aire exterior, asegurar unos caudales mínimos, y la obligación de aportar aire en varios tipos de espacios.

 

¿Cómo calcular el aporte exterior necesario según ASHRAE?

El cálculo de las tasas de aire exterior se calculan a través de un método propio a partir de valores que dependen tanto de ocupación como de la superficie del local.

Por ejemplo, en un edificio de oficinas, en una oficina cualquiera, la tasa de ventilación de aire exterior según ASHRAE sería:

2.5 l/s por persona x nº personas + 0.3 l/s m2 x m2 de oficina

Esto nos dará un valor de caudal (en l/s), que asegura una calidad de aire según esta norma. Estos valores vienen especificados en la propia norma.

Si comparamos la normativa local con la norma ASHRAE en este aspecto, por lo general la norma local española es más restrictiva respecto caudales, a excepción de en algunos espacios concretos. Es decir, si dimensionamos la ventilación mediante ASHRAE y mediante el método de los IDA, el caudal mayor será el de la normativa local.

Cabe destacar el caso especial de los pasillos. La normativa local no exige aporte de aire exterior, mientras que la norma ASHRAE 62.1 si, por lo que es importante revisar y cotejar ambas normas, para entender cuál es la más desfavorable.

Ambas buscan mantener un ambiente interior saludable al regular la cantidad de aire fresco necesario en función de la ocupación y la actividad en un edificio saludable, contribuyendo así a la comodidad y seguridad de los ocupantes.

 

La ventilación: fundamental para el mantenimiento de edificios

Queda patente que la ventilación adecuada desempeña un papel muy importante en la creación de edificios saludables y en la mejora de la salud y el bienestar de los ocupantes de estos edificios. Tanto la apertura de ventanas como la implementación de sistemas de ventilación eficientes son estrategias esenciales para conseguirlo.


Cristina Sendra

Consultora ESG y Green Building en Ineria Management

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